2012/04/28

Dos sueños

En el sueño hubo una y luego hubo otra, que era la misma siendo distinta. Nada raro, trampas de la psiquis omnipotente en su terreno más fértil. Se sucedieron, siendo tan opuestas sus causas. Claro, cada una, en sus malabares de sucubo independentista, movió el continente hacia una dirección diferente.


La primera, que no es otra que la misma, pero siendo una que no es, cosas de sueños, dijo sí y luego marchó. La segunda no dijo nada, hizo algunas revoluciones que no debían ser muy notorias hasta el paso de los años, y se dedicó a reparar los daños intensos.


Hubo cabos que se hicieron islas, en tan desleído país. El tiempo era uno y era lineal. Primero la ausente y luego la ausente, puesto que en ello siempre se encuentra motivo para concordar en la triste realidad del que sueña, siempre un solitario soñador.


Acusadas independientemente, en Salems separadas, se les presentó cargo de invasión onírica. Una, la otra que siempre prima, aunque secunda más de lo que prima, admitió sus cargos o más bien, halagada por ellos no encontró crimen en ellos, más bien pidió que se le acusara de concierto para delinquir, o tentativa de ese concierto. Fue entonces la telonera de un concierto criminal que no terminó en darse ni en quitarse.


Más tradicional, la esta (que es la 'otra', por simple lógica), dijo que aquello era un circo loco en el que se presentaba todo hecho al revés puesto que la habían raptado de mejores y más finitos sueños, de satisfactores y más hondos, más húmedos y más carnales sueños, solo para... para nada, puesto que este sueño era un exceso de parafernalia y nada más. Urge compensar a la otra una con algo que la permitiera hallarse en su punto, en su salsa, si fuese calamar, y no en el calamitoso correr de estos confusos amaneceres solitarios.


Queda de todo este expediente, un pronto corolario. Dice el demente Mercutio y ninguno otro lo puede decir mejor "Lovers use to lie". Aquí no queda aclarar cuántos amores mienten, ni cuántos yacen. Puesto que todo amor es mentira y todos hemos de despertar alguna vez.