2011/12/18

Nota última

Mis estimados entes del pantano, no quiero preocuparlos, pero una terrible amenaza se acerca. No la conozco y no sé qué podría pasar en el futuro. Es solo la vibración nefasta en los bigotes, el tacto raro bajo las patas, el sol con su luz raída. En el trote intenso veo certeramente que el cielo se muestra inconsistente; la tierra hiede y el lodo hiere. El sonido carga llantos y sollozos más que nada. La madriguera siempre nos mentirá su calor, tan lejano a la noche espantosa de las eras.

Los ancianos lo dijeron y lo olvidamos. Hoy vienen los recuerdos. Mañana tal vez seremos recuerdos. No digo que huyan, pues no veo razón en ese método. Nada nos queda en el mundo que no esté sumiéndose en la catástrofe. Los colmillos que traen la muerte están aquí.

La voz de la gran madre dice entre mis orejas que cuando venga la oscuridad, cierre los ojos. Hoy los cierro por lágrimas y no creo que vuelva abrirlos, el destino todo ha llegado hasta aquí.